Salmo 19(18),8.9.10.15.
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos.
La palabra del Señor es pura, permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos.
¡Ojalá sean de tu agrado las palabras de mi boca,
y lleguen hasta ti mis pensamientos, Señor, mi Roca y mi redentor!
*La ley del Señor, los preceptos y la Palabra del Señor son: perfectos, rectos, puros y verdaderos. El salmista reconoce todos estos atributos en Dios.
*Por otro lado, con humildad, pide que las palabras de mi boca y pensamientos lleguen hasta Dios y sean de su agrado.
*Estas dos miradas hacen que la oración se ubique adecuadamente en la vida del hombre: Dios nos invita a estar con Él y nosotros respondemos desde el barro que somos a su grandeza. Dios escucha la oración de sus hijos cuando es humilde, verdadera y llena de amor.-
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