lunes, 1 de julio de 2019

PARABOLA DEL ECLIPSE

El eclipse del martes está movilizando a todo el mundo... El sol por un instante queda oculto, queda en sombras, parece no alumbrar. Es un fenómeno que muchos quieren visualizarlo por ser algo no tan cotidiano.
En estos días estuve meditando y reflexionando sobre el "Eclipse de Dios" en la sociedad actual... Muchos no pueden ver a Dios, a muchos no les interesa Dios, muchos creen que negando su existencia Él no existirá. Para los que creemos en Dios el "eclipse temporal" sobre Dios es el ámbito que nos estimula a dar testimonio con palabra y vida de su presencia... En cada persona vemos el rostro de Jesús...
El eclipse de Dios tiene como consecuencia "el eclipse antropológico" y con ello la incapacidad de reconocer al ser humano como una creatura superior dentro del mundo e imagen y semejanza de Dios. Así como se oscurece la presencia de Dios por afirmar la autonomía absoluta del hombre, termina siendo en definitiva el eclipse del descarte, del derroche de pocos y de exclusión y muerte de muchos. Quienes manejan el mundo no quieren a Dios ni a los hombres sólo el dinero y el poder.
Jesús es la luz del mundo que ningún eclipse logra sofocar, es fuego nuevo que purifica de las esclavitudes, es vida en abundancia que emerge en medio de la propaganda antivida, es el amor que cura y sana toda soledad provocada por el egoísmo-la indiferencia-la manipulación. Jesús es la LUZ que no se corta ni se apaga, brilla para siempre y hace que el hombre que camina en tinieblas pueda ver la gran Luz,

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