San Marcos 6,7-13.
Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: "Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
+Jesús llama, convoca, reúne a los que él quiere. Su llamado es gratuito,"no hace casting", "ni pide curriculum vitae". El llama y envía (las dos cosas son inseparables) para que los hombres tengan vida en abundancia (Juan 10,10) Vino a buscar a los pecadores, a los que se sienten lo último, a los que nadie pone una ficha...
+La fuerza de la misión no está en los medios que se usan sino en "la propuesta de encuentro con Jesús". El encuentro con Jesús determina el camino, hace lúcida la vivencia y entrega, sostiene y anima la evangelización. El servicio a brindar es sencillo, está en la línea del reino que crece poco a poco y con la fuerza de la levadura...
+La aceptación o rechazo del mensaje de Jesús pone en juego la libertad humana y la acogida del corazón. Pidamos a Jesús escuchar su llamado, trabajar en su misión y no esperar elogios-rechazos sino ser fieles a su mandato. Amén.
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