PANDEMIA Y FE

En tiempos de pandemia la fe es particularmente una gran bendición. Creer en Dios nuestro Padre, en Jesucristo Resucitado y en el Espíritu Santo que nos anima nos sostiene a nivel personal y comunitario, nos ayuda a no encerrarnos en nuestros vínculos sino al contrario abrirnos solidariamente hacia los más débiles. Algunas imágenes que se usan durante la pandemia son reductivas y empobrecen la responsabilidad social. "La burbuja", dice un diccionario: Sustantivo femenino. Esferita o una bolita de aire o de cualquier gas que se forma dentro de cualquier líquido y que se eleva de cualquier superficie y que esta en alrededor de una lamina de líquido que en contacto se puede estallar. Habitación o aposento de tipo impermeable y apartado en la parte externa. Seguramente la imagen de la burbuja quiere expresar esta última parte: "habitación o aposento tipo impermeable y apartado en la parte externa"... La pandemia produjo mucho encierro, vivir dentro de una botellita con tapa, aislamiento. La promoción de la responsabilidad social fue fuertemente publicitada pero no igualmente mostrada en las actitudes. Hubo íconos de amontonamientos que desacreditaron el mensaje y provocaron como reacción lo que se dio en llamar fiestas clandestinas. Tanto los amontonamientos sociales en las calles como las fiestas clandestinas son irresponsabilidades sociales. Las comunidades de fe necesitamos crecer día a día en nuestro compromiso con los hermanos. No necesitamos burbujas, no necesitamos amontonamientos, no necesitamos fiestas clandestinas, sino asumir responsablemente el trabajo y la educación, la vivencia familiar y social, la fe y el compromiso con el hermano. La fe movilizada por el amor nos hace poner la confianza en Dios y trabajar en la responsabilidad comunitaria y social también en tiempos de pandemia. Dios nos cuida. Entre todos nos ayudamos y cuidamos. Bendiciones