domingo, 12 de mayo de 2019

Yo soy el buen pastor, las ovejas escuchan mi voz

FOTO DE ARCHIVO
San Juan 10,27-30.
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa".

*Jesús es el PASTOR que conoce y ama a su rebaño, las ovejas escuchan su voz... Esta parábola rural hay que comprenderla como una relación personal del pastor con "el rebaño donde cada oveja vale"... 
*Los obispos y sacerdotes hemos recibido "de modo participado" la vocación (oficio) de ser pastores. El pastor no se inventa a sí mismo sino que recibe ese llamado y esa misión. El rebaño (pueblo de Dios) siempre será de Jesús y ningún pastor puede adueñarse del mismo. 
*Recemos por todos los sacerdotes para que sirvan al Pueblo de Dios con espíritu generoso y desinteresado, con fortaleza en medio de las debilidades, con sabiduría en medio de tanta superficialidad. Que sacerdotes, partes del pueblo de Dios, puedan caminar junto a todos los bautizados hacia la vocación eterna, cuya plenitud expresa lo más humano del ser humano.

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