San Mateo 23,1-12.
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;
ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen...
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".
*El texto nos habla del divorcio entre palabra y testimonio. Y cuando eso se da en los dirigentes de la comunidad (escribas, fariseos que ocupan la catedra de Moisés - hoy Papa, Obispos, sacerdotes, religiosas, diáconos, catequistas, etc...) se convierte en un escándalo... Todos estamos llamados a vivir no de acuerdo al título de padre, doctores, profetas, sino al testimonio de amor en Cristo. La Iglesia necesita conversión en cada uno de sus miembros: dirigentes o fieles en general.
*La última frase es antídoto contra la mediocridad y la superficialidad ("la chapa" que se expone para lograr privilegios): ser servidores, ser los últimos, no buscar el aplauso fácil... Bendecido día
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