RITOS
INICIALES O DE ENTRADA
Cuando llegamos a la
parroquia, antes de entrar al lugar donde se celebrará la Santa Misa, es
conveniente tocar el agua bendita presente en el atrio y persignarse. Con este
gesto pedimos perdón por los pecados veniales. Al entrar al templo debemos
realizar la genuflexión mirando hacia el Sagrario. Este es un signo de
adoración a nuestro Dios. Buscamos donde sentarnos, aquietamos nuestra mente y
corazón, vemos si necesitan nuestra ayuda en algo y si todo está ya organizado
esperamos silenciosamente que dé comienzo la celebración
Canto
de entrada: nace para acompañar la entrada procesional del presidente y demás
servidores de la celebración en las grandes basílicas romanas, las cuales
tenían un amplio recorrido que se hacían con toda solemnidad. Actualmente,
además de esta función, hoy el canto de entrada tiene como objetivo: abrir la celebración y fomentar la unión
de quienes se han reunido (IGMR 25). Es decir, busca hacer comunidad,
crear asamblea. El canto une. Obliga a superar la individualidad, la pasividad
y pasar del “yo” al “nosotros”. Junto a este objetivo hay otro más, introducir en el misterio litúrgico o
fiesta que se celebra (IGMR 25). El canto de entrada debe permitir
identificar si estamos en tiempo de Cuaresma, Adviento, Navidad, Pascua, Fiesta
de la Virgen… y por último, este canto permite expresar el carácter festivo de la eucaristía dominical y el
gozo del reencuentro de todos.
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