¿PEREGRINOS O ESPECTADORES? (2) (continuará)
Hace unos días decía que hay muchas miradas sobre el ser humano, muchas de ellas parciales. El ser es anterior al hacer, por ello el ser humano es anterior a la cultura y ésta depende de los hombres y mujeres que vivimos en la tierra. Si la elaboración de la cultura se hace sólo desde una perspectiva materialista se elimina toda posibilidad de lo trascendente, de lo divino, de Dios. Algunos suponen que Dios es intruso en la cultura, porque niegan que los seres humanos somos capaces de trascendencia y así lo muestran las grandes religiones del mundo. Las diversas tradiciones religiosas, aún las más antiguas y arcaicas, reflejan en el arte su expresión y vivencias. Por lo tanto el materialismo no puede negar la existencia de expresiones culturales ligado a lo religioso. El ser humano no puede construir la cultura en contra de su propia conciencia sino por el contrario plasma en la cultura el sello más bello de su humanidad que es la conciencia. La construcción de la cultura no puede ni debe negar que los hombres expresen su conciencia en el arte, en las imágenes, en la poesía, en las letras, etc.
Nuestra mirada creyente reconoce las distintas dimensiones del ser humano que asumimos integradas e interdependientes unas de otras. No somos sólo carne, no somos sólo espíritu, no somos sólo materia, no somos sólo cultura. Todas estas dimensiones relacionas e integradas muestran la grandeza, la belleza y la dignidad humana. Desde aquí miramos nosotros la vida humana y desde aquí planteamos todos los principios del pensar cristiano.
La dimensión biológica "varón" -"mujer" es un dato real de lo humano y no se puede obviar. Las diversas propuestas culturales podrán tener otras perspectivas, pero es experiencia este dato. Como dijimos, no es único, está integrado a las otras dimensiones humanas.
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