Estos cuarenta días (cuaresma) de preparación a la Pascua son un llamado insistente a la conversión: "Conviértete y cree en el Evangelio"...
La conversión es una actitud personal en primer lugar y nace del llamado de Dios al que hay que dar una respuesta libre y consciente. Conversión o cambio de mentalidad-corazón es el mensaje fuerte para todos.
En segundo lugar es necesario orar por la conversión de todo el pueblo porque nos estamos desangrando en violencias de todo tipo: palabras-gestos que agreden y ofenden, muertes de inocentes en las calles, violencia familiar y de género, violencia contra los niños por nacer, contra los viejos...
Somos un "pueblo de dura cerviz" (cabeza dura) que nos cuesta reconocer que expulsando a Dios de la sociedad y de las leyes nos caemos en el precipicio. El caos, la confusión de lenguas (babel), la violencia, genera miedo en mucha gente y la ilegalidad gana la calle. la cultura, las costumbres, y nos vamos convirtiendo en ilegales en nuestra propia tierra.
Elevemos una y muchas oraciones por la conversión personal y popular para que nuestra vida sea más digna, filial respecto de Dios y fraterna con los hermanos.
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