PANDEMIA: TALENTO, COMUNICACIÓN Y BELLEZA

En tiempos de pandemia han resurgido talentos que parecían escondidos, que no sabíamos que los teníamos, que no eran compartidos. Talentos que hemos recibido y que hemos de compartir. El Evangelio cuestiona seriamente a quien recibió algún talento y por distintas razones no lo trabaja, no lo hace producir, no lo desarrolla. Es una bendición en medio de tanta pálida ver cómo personas que conviven con nosotros han sacado a relucir un potencial que parecía oculto por la pandemia. La multiplicidad de talentos genera una enorme expectativa en un pueblo que no se agota en el fútbol. La creatividad de la caridad tiene un desarrollo ilimitado y la comunidad la ejerce con amplitud de corazón que hace magnánimo el presente y genera esperanza hacia el futuro. Soy testigo de incontables muestras de amor entre las personas, especialmente con los débiles y sufrientes. El cuidado exquisito que han tenido tantas personas con los vulnerables es un elogio a la sabiduría del pueblo. El amor es transversal a lo cotidiano, a lo extraordinario, al porvenir, por eso es más fuerte que el odio y la muerte, que el egoísmo y la indiferencia, la apatía y el sin sentido. Movidos por el amor una mano tendida rescata al que está encerrado y en peligro de sucumbir; una oreja-corazón que escucha abre nuevos horizontes a quienes les parece que no hay salida; unos ojos abiertos y despiertos son capaces de sacar de la monotonía que anestesia y plancha la vida; el gusto por la belleza nos hace descubrir la multiforme experiencia de cada ser humano ante el otro, la creación y Dios. La comunicación humana es un talento que expresa lo más profundo de una libertad que sale al encuentro de los demás y es capaz de construir puentes y no trampas mortales. La conectividad es un medio, entre tantos, para ayudar a la comunicación pero no es un fin en sí mismo. Hay muchos conectados que no están comunicados, responden a la técnica pero no al amor humano. El talento comunicador de lo más profundamente humano es una respuesta ante la angustiante pregunta sobre cómo saldremos de la pandemia. La comunicación acerca y lleva a la comunión, la conectividad acerca a unos y aleja a otros. La comunicación humana se mueve por criterios morales, la conectividad por criterios comerciales. Mejoremos todos la comunicación humana y el mundo tendrá futuro.