Dice Proverbios (6, 20-22) Observa, hijo mío, el precepto de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu madre. Atalos a tu corazón constantemente, anúdalos a tu cuello. Que ellos te guíen mientras caminas, que velen sobre ti cuando estás acostado, y conversen contigo cuando despiertas.
Este mensaje de la Palabra de Dios sigue estando vigente, sigue siendo actual. Llegada la edad de la madurez los hijos buscamos legítimamente nuestra autonomía personal, la realización del proyecto personal y familiar, el aporte a la construcción de la sociedad. Esa legitimidad no anula el diálogo sincero y amoroso con los padres.
También aparecen algunas rebeldías que desconocen o contradicen el pensamiento y la tradición de los padres. Es necesario que los niños y adolescentes que están bajo el cuidado y la educación de sus padres o tutores reconozcan la validez de la autoridad paterna.
Queridos chicos y chicas es mejor el calor del hogar que la indiferencia de aquellos que organizan la sociedad y no siempre tienen en cuenta el bien común y el bien de ustedes.
Bendecido día para todos.-
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