Hemos compartido la misa del día del Padre. Hemos rezado por los papás que nos acompañan en la vida y por los que ya están junto a Dios. Por los papás que son muy responsables de sus hijos y por aquellos que les cuesta estar cerca. Por los papás que sufren la desorientación de los hijos y por los que han perdido algún hijo...
Hemos compartido dos preocupaciones en la Misa y hemos rezado por esto. 1) la violencia creciente en la sociedad que a todos nos afecta y ante lo cual conviene dialogar, afrontar y no quedar paralizados; 2) la muerte de muchas personas -especialmente jóvenes- en accidentes de moto...
Ante las dificultades de la vida sabemos que Jesús esta con nosotros, que nos da fuerzas para usar todas las capacidades que tenemos para mejorar. No estamos solos porque Él esta con su Pueblo hasta el fin del mundo, pero necesitamos no encerrarnos en nuestro orgullo y autosuficiencia.-
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