jueves, 5 de junio de 2014

La asamblea, como pueblo de Dios, es sujeto activo de la liturgia. Todos los cristianos reunidos para celebrar la Santa Misa tienen una participación activa en la misma. Podemos observar que durante la celebración, varias personas realizan algunas actividades pero siempre implican la participación de todos, por ejemplo, una persona pasa a leer una  lectura del Leccionario pero los demás, deben realizar una escucha atenta y receptiva de la Palabra proclamada  y posteriormente, dar respuesta oral: “Te alabamos, Señor”. Vemos como en el momento actuó una sola persona pero, para que participen todos. Es aconsejable que no siempre la misma persona realice la misma actividad. Nadie tiene la exclusiva, nadie queda excluido.

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