Es bueno recordar lo que dice la Palabra de Dios: los hizo varón y mujer... los hizo a su imagen y semejanza.
El respeto por la persona humana, por toda persona humana, es una exigencia del amor al prójimo. Reconocer en la naturaleza al varón y la mujer es un hecho evidente, sin embargo las nuevas filosofías del relativismo parecen dudar.
Poder hablar con respeto de estos temas, poder disentir con quienes hacen esta opción, afirma que no discriminamos sino que expresamos nuestras convicciones.
Que se legalicen leyes "en contrario" al pensamiento cristiano no significa una pérdida para la fe sino para la humanidad misma.
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