Esta 47 semana anual, posterior a la Pascua, del clero con el Obispo nos hace recordar que somos puentes entre Dios y los hombres, no por elección primera de cada uno de nosotros, si no como respuesta a la elección hecha por Dios.
Pidamos que la renovación de las parroquias comience por la renovación teológica, pastoral y espiritual de los presbiterios.
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