martes, 29 de noviembre de 2016

UN PECADO MUY GRAVE JUNTO A OTROS PECADOS GRAVES

Nos duele que haya niños abusados. Nos duele que haya sacerdotes, o papás, o tíos, o amigos de la familia, que los lastimen en su dignidad. Creemos en la dignidad de cada persona, hijo de Dios, desde su nacimiento hasta su muerte natural. Creemos que la pedofilia venga de donde venga es un delito que no debe quedar impune.
La verdad nos hace libres. Ayudar a sanar a los heridos es una responsabilidad de todos. Buscar ayuda en la dificultad muchas veces puede salvar a uno mismo y a otros.-
Recemos para que Dios fortalezca a todos los heridos de la pedofilia, de las adicciones, de la exclusión social, de las persecuciones de cualquier tipo.-

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