jueves, 9 de junio de 2016

FERIADOS RELIGIOSOS Y FERIADOS LAICOS

En Argentina se celebraron durante muchísimos años "fiestas religiosas" (p.e. Corpus) en los días previstos por el calendario litúrgico con el carácter de "feriado", con la llegada de la dictadura militar de 1976 muchos de esos feriados fueron eliminadas. Sólo quedan el Viernes Santo, el 8 de Diciembre y el 25 de Diciembre que lograron sobreponerse, además las fiestas patronales en cada pueblo. En aquél tiempo se consideraba todavía que Argentina era un país católico y por ello aparentemente se perdían privilegios.

Con motivo de promover el turismo en Argentina se han creado un sin número de nuevos feriados con criterios meramente económicos y turísticos. Han aparecidos los famosos "feriados puentes" que unen las fechas centrales con los fines de semana;  la falta de criterio histórico ha convertido algunas fiestas de próceres en "movibles" con lo cual el recuerdo de su gesta queda totalmente abandonado y prima el concepto económico.

El 8 de junio se aprobó en el Senado un nuevo feriado en honor de Martín Miguel de Güemes para el 17 de junio de cada año. El presidente tiene que aprobarlo y publicarlo en el boletín oficial. Un nuevo feriado (el número 17). Al secularismo no le importa Güemes, le importa el dinero que se mueve por un día más de turismo.

La biblia nos enseña que hay que trabajar seis días de la semana y el séptimo descansar. El judaísmo descansa el sábado y los musulmanes el viernes, pero siempre ligado al concepto religioso. El descanso religioso también ha sido cuestionado por el secularismo y en algún sentido vaciado de contenido religioso. Hoy el domingo aparece para muchos como un feriado secular -un día que no se trabaja en lo habitual para gastar ese tiempo en descanso o bien para otras actividades pero que poco o nada tienen que ver con ir a misa, rezar, encontrarse con la comunidad de fe-.

En esta Argentina del Bicentenario hay muchos debates, pero también muchas cosas que se arreglan con plata y no con ideas. Dios nos libre de una cultura cuyo centro sea el dinero y no el hombre en su realidad integral.

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