La fiesta del Bautismo de Jesús nos recuerda nuestro propio bautismo.
Demos gracias a Dios por la fe que nos llega a través del bautismo que nos hace hijos de Dios, miembros de la Iglesia y nos purifica del pecado de origen.
Ser testigos del bautismo en una sociedad secularizada es cosa de valientes. Jesús pone en nuestros labios la Palabra y en nuestro corazón la fortaleza para anunciar y vivir lo que creemos. Felicidades
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