Cuando Jesús nos enseña las bienaventuranzas nos ayuda a vivir un camino de felicidad que sólo alcanzará su perfección en el abrazo definitivo con Dios.
Mateo 5, 1-13
Felices los pobres, los afligidos, los misericordiosos, los puros de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos a causa de la justicia...
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