Jesús misericordioso nos muestra el Rostro misericordioso de Dios y el Rostro necesitado de misericordia del hombre.
Quién no recuerda la bella página del Padre amoroso que recibe en casa al hijo que malgastó su fortuna (Lucas 15)?, o aquella otra que escuchó la mujer: ¿alguien te condena? no, bueno YO tampoco, vete y no peques más (Juan 8).
Quién alguna vez no experimentó, en el sacramento de la reconciliación, ese amor paterno de Dios que borró en muerte y resurrección de su Hijo todos los pecados?
LA PASCUA ACTUALIZA PARA CADA UNO LA MISERICORDIA DE DIOS
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