SAN PEDRO Y SAN PABLO nos convocaron al agradecimiento por la fe recibida. Esta fogata expresa la alegría de los niños y familias que estuvieron presentes, expresa el calor de Jesús que nos reúne en torno a Sí.
Los muñecos que fueron quemados representaban al hombre viejo que le pedimos a Dios dejar de lado y gracias a su amor purificador recibimos la vida del hombre nuevo.
Cantos, rondas, gritos de alegría, sensación de paz entre los presentes, sencillez y mucho humo... la fe manifestada con cosas sencillas.